24-10-14
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD
Se define como un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal.
Generalmente inicia sus manifestaciones en la edad adulta y puede darse en diferentes contextos.
Quienes padecen este trastorno intentan mantener la sensación de control mediante una atención obsesiva a las reglas, los detalles, los protocolos, las listas, los horarios...Y hasta llegan a perder de vista el objetivo de la actividad que realizan.
Son personas que se caracterizan por ser excesivamente cuidadosas y propensas a las repeticiones y/o a las rutinas, así como a prestar atención extraordinaria a los detalles y a comprobar repetidamente los continuos errores.
El perfeccionismo y los altos niveles de rendimiento que se imponen, causan malestar y disfunción tanto para ellos mismos como para quienes están a su alrededor. Las personas con este trastorno presentan una gran dedicación al trabajo y a la productividad, son autocríticas, estrictas y respetuosas con la autoridad y las normas.
Son incapaces de desechar los objetos inútiles o gastados, ya que consideran que tirar las cosas es un despilfarro.
Son reacios a delegar tareas o trabajos a otros, por eso con frecuencia dan instrucciones sobre cómo se deben hacer las cosas, piensan que sólo ellos pueden hacerlas bien. También tienden a ser tacaños y avaros, debido a que consideran que los gastos deben ser controlados, el dinero debe acumularse para futuras catástrofes.
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD
Se define como un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal.
Generalmente inicia sus manifestaciones en la edad adulta y puede darse en diferentes contextos.
Quienes padecen este trastorno intentan mantener la sensación de control mediante una atención obsesiva a las reglas, los detalles, los protocolos, las listas, los horarios...Y hasta llegan a perder de vista el objetivo de la actividad que realizan.
Son personas que se caracterizan por ser excesivamente cuidadosas y propensas a las repeticiones y/o a las rutinas, así como a prestar atención extraordinaria a los detalles y a comprobar repetidamente los continuos errores.
El perfeccionismo y los altos niveles de rendimiento que se imponen, causan malestar y disfunción tanto para ellos mismos como para quienes están a su alrededor. Las personas con este trastorno presentan una gran dedicación al trabajo y a la productividad, son autocríticas, estrictas y respetuosas con la autoridad y las normas.
Son incapaces de desechar los objetos inútiles o gastados, ya que consideran que tirar las cosas es un despilfarro.
Son reacios a delegar tareas o trabajos a otros, por eso con frecuencia dan instrucciones sobre cómo se deben hacer las cosas, piensan que sólo ellos pueden hacerlas bien. También tienden a ser tacaños y avaros, debido a que consideran que los gastos deben ser controlados, el dinero debe acumularse para futuras catástrofes.
04-03-15
LA ESCLAVITUD DE NUESTROS PREJUICIOS
Prejuzgar a una persona consiste en emitir juicios antes de conocerla. Por economía cognitiva y por una cierta placidez emocional, tendemos a clasificar a las personas en una primera instancia. Así, nuestra "primera mirada" está tamizada por nuestras creencias. Nuestra posición depende principalmente de las creencias sobre nosotros mismos. Albert Bandura acuñó el concepto de autoeficacia, que se refiere a la confianza que posee una persona en conseguir un objetivo y que afecta en la consecución de éste, es decir, en el propio rendimiento. Las personas con autoeficiencia baja se rinden con facilidad o deciden de entrada no abordar el desafío.
La autoestima es un concepto amplio que incluye factores emocionales, cognitivos y conductuales. De esta manera, podemos comprender cómo fracasos en la edad temprana producen un desaliento permanente en algunas personas.
Por otra parte, podemos dilucidar cómo nuestros prejuicios (estereotipos) estigmatizan a determinadas personas o grupos sociales. Al juzgar a los otros lo que hacemos es plantearnos unas determinadas expectativas sobre su autoeficiencia.
Cuando nos invade el miedo o dudamos de nosotros mismos aumenta nuestra sensibilidad a los estímulos que anuncian fracaso. Las emociones básicas que subyacen son el miedo y la alegría: el miedo ante el peligro o la alegría ante un nuevo reto.
Ingenuamente nos sostenemos en la creencia que la imagen que proyectan los otros se corresponden a las expectativas que tenemos sobre los actos que son capaces de llevar a cabo.
La alegría es una emoción que nos hace abiertos a la experiencia y nos permite la posibilidad de cambiar de posición. Spinoza definió el amor como "alegría por una realidad exterior". Es posible que nuestro peor enemigo habite en nuestro interior porque no somos capaces de ser amables con nosotros mismos. Cuando somos capaces de querernos podemos emprender la aventura de querer a los otros.
La autoestima es un concepto amplio que incluye factores emocionales, cognitivos y conductuales. De esta manera, podemos comprender cómo fracasos en la edad temprana producen un desaliento permanente en algunas personas.
Por otra parte, podemos dilucidar cómo nuestros prejuicios (estereotipos) estigmatizan a determinadas personas o grupos sociales. Al juzgar a los otros lo que hacemos es plantearnos unas determinadas expectativas sobre su autoeficiencia.
Cuando nos invade el miedo o dudamos de nosotros mismos aumenta nuestra sensibilidad a los estímulos que anuncian fracaso. Las emociones básicas que subyacen son el miedo y la alegría: el miedo ante el peligro o la alegría ante un nuevo reto.
Ingenuamente nos sostenemos en la creencia que la imagen que proyectan los otros se corresponden a las expectativas que tenemos sobre los actos que son capaces de llevar a cabo.
La alegría es una emoción que nos hace abiertos a la experiencia y nos permite la posibilidad de cambiar de posición. Spinoza definió el amor como "alegría por una realidad exterior". Es posible que nuestro peor enemigo habite en nuestro interior porque no somos capaces de ser amables con nosotros mismos. Cuando somos capaces de querernos podemos emprender la aventura de querer a los otros.