PSICONOTICIA 1 31-10-2014
ACOSTARSE A UNA HORA FIJA FAVORECE EL DESARROLLO
Según un estudio, acostarse a una hora fija y dormir lo suficiente puede ayudar a los niños a sacar puntuaciones más altas en pruebas de desarrollo.
Los niños de cuatro años que tenían una hora fija para acostarse puntuaron más alto en una serie de pruebas, incluyendo algunas que medían las habilidades para leer y escribir y para las matemáticas.
La American Academy of Sleep Medecine sugiere que los niños que dormían menos horas obtuvieron puntuaciones más bajas en las pruebas.
Entre un 25 y 30% de los niños tienen trastornos del sueño durante su infancia, según una investigación expuesta en el congreso de la Asociación Española de Pediatría.
El trastorno más frecuente es el déficit de sueño.
Según Gonzalo Pin, coordinador de la Unidad Valenciana del Hospital Quirón, tenemos a los niños con déficit de sueño porque no hay unos horarios fijos.
También dice que esto va en aumento porque no hay unos límites establecidos y eso se traduce en la aparición de insomnio por malos hábitos.
Según su investigación, el 19'5% de niños de entre 6 y 8 años decide a la hora que se van a acostar.
ACOSTARSE A UNA HORA FIJA FAVORECE EL DESARROLLO
Según un estudio, acostarse a una hora fija y dormir lo suficiente puede ayudar a los niños a sacar puntuaciones más altas en pruebas de desarrollo.
Los niños de cuatro años que tenían una hora fija para acostarse puntuaron más alto en una serie de pruebas, incluyendo algunas que medían las habilidades para leer y escribir y para las matemáticas.
La American Academy of Sleep Medecine sugiere que los niños que dormían menos horas obtuvieron puntuaciones más bajas en las pruebas.
Entre un 25 y 30% de los niños tienen trastornos del sueño durante su infancia, según una investigación expuesta en el congreso de la Asociación Española de Pediatría.
El trastorno más frecuente es el déficit de sueño.
Según Gonzalo Pin, coordinador de la Unidad Valenciana del Hospital Quirón, tenemos a los niños con déficit de sueño porque no hay unos horarios fijos.
También dice que esto va en aumento porque no hay unos límites establecidos y eso se traduce en la aparición de insomnio por malos hábitos.
Según su investigación, el 19'5% de niños de entre 6 y 8 años decide a la hora que se van a acostar.
PSICONOTICIA 2 3-6-2015
DEPRESIÓN INFANTIL
No son sólo los adultos los que se deprimen. Los niños y los adolescentes pueden sufrir también de depresión, que es una enfermedad tratable. La depresión se define como una enfermedad cuando la condición depresiva persiste e interfiere con la habilidad de funcionar del niño o adolescente.
Aproximadamente un 5 por ciento de los niños y adolescentes de la población general padece de depresión en algún momento. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida o que tienen desórdenes de la atención, del aprendizaje, de la conducta, o de desórdenes de ansiedad corren mayor riesgo de sufrir depresión. El comportamiento de los niños y adolescentes deprimidos puede ser diferente al comportamiento de los adultos deprimidos. Los padres deben de buscar ayuda si uno o más de las siguientes señales de depresión persisten:
No son sólo los adultos los que se deprimen. Los niños y los adolescentes pueden sufrir también de depresión, que es una enfermedad tratable. La depresión se define como una enfermedad cuando la condición depresiva persiste e interfiere con la habilidad de funcionar del niño o adolescente.
Aproximadamente un 5 por ciento de los niños y adolescentes de la población general padece de depresión en algún momento. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida o que tienen desórdenes de la atención, del aprendizaje, de la conducta, o de desórdenes de ansiedad corren mayor riesgo de sufrir depresión. El comportamiento de los niños y adolescentes deprimidos puede ser diferente al comportamiento de los adultos deprimidos. Los padres deben de buscar ayuda si uno o más de las siguientes señales de depresión persisten:
- tristeza frecuente, lloriqueo y llanto profuso
- desesperanza
- pérdida de interés en sus actividades; o inhabilidad para disfrutar de las actividades favoritas previas
- aburrimiento persistente y falta de energía
- aislamiento social, comunicación pobre
- baja autoestima y culpabilidad
- sensibilidad extrema hacia el rechazo y el fracaso
- aumento en la irritabilidad, coraje u hostilidad
- dificultad en sus relaciones
- quejas frecuentes de enfermedades físicas, tales como dolor de cabeza o de estómago
- ausencias frecuentes de la escuela y deterioro en los estudios
- concentración pobre
- cambios notables en los patrones de comer y de dormir
- hablar de o tratar de escaparse de la casa
- pensamientos o expresiones suicidas o comportamiento autodestructivo